martes, 23 de agosto de 2011

Media mañana por capital


La burocracia me llevó una vez más a Capital Federal. Donde su mayoría viviente, zombis, miran de frente al rio convirtiéndolo en mar. Cualquiera de estos sueña con su propia vaca atada. Ese mar con una añoranza de lo poco o nada que conocen cruzando el charco, más si el sentimiento de arraigo falso, desterrado de los vencidos. Eso sí, casi todos ellos tienen a su capitán navegando por el mar muerto. Zombis y muertos.
Hoy olían a conventillo. A puchero estacionado en olla de aluminio, grande, gris sucio. Puchero con grasa fría y solida. Tanta fachada y huelen mal, así es. Gente eterna, son ellos todos los Peter Pan, los Jackson, los Dorian Gray, todo un reciclaje super posmoderno. Y como tales, en sus burbujas a puntos de estallar, huelen mal. Podridos por dentro, máscaras y pieles plásticas, vuelan y atropellan. La fachada y sus colores huelen fétidamente a puchero rancio.  Todo ese mar que miran de frente, a espaldas de todo un jardín de olores y de colores, a espalda de una república que no amerita a sus signos soberbios, miran ese mar que no los llega a purificar y los mantiene heridos, sin poder lavarse, mantienen en el interior de sus vísceras esas moscas que vician el puchero. Qué lindo es verte de cerca…

miércoles, 15 de junio de 2011

Perjudicados y el fascismo del sano

El fascismo del sano (frase célebre de Dalmiro) me tiene los huevos al plato. Esto de perseguir al fumador hasta excluirlo porque contamina y daña el aire “puro” de todos no deja más que a la superficie toda la hipocresía no consiente, muchos si tal vez lo sean. Mentes dormidas del mundo light y plástico que modelan todos los días, sumisas cual ovejas (digan qué diferencias hay de aceptar ciertos mandatos de teo) digo, por qué de ahora en más no detienen todos esos artefactos con motores que circulan por las calles que contaminan todo el puto planeta ¿por qué un tipo puede conducir a velocidades siderales y a su vez contaminar, contamina los sentidos inclusive, y todo el mundo calladito la boca… Yo los veo como figuritas con barras de códigos repitiendo: “por qué no lo mandan” La fucking comida de cada día es mas sintética, contaminada y sin sabores, pero si los publicistas dicen que es bueno y necesario, pues a comarla! buques petroleros (que de 10 de ellos 5 terminan chocando y derramando todo el petróleo en el mar) nada se mosquea. Así podría enumerar cientos de cosas. Pero no, se alinean bajo las órdenes de un Estado que vive de los impuestos cada vez más altos a los cigarrillos. Dinero que va a parar a escuelas (represión), cárceles (mataderos) corrupción y vaya a saber cuánta mierda más. Y ni solo eso, el sistema te quiere cada día más sano porque sino de quien va a vivir, quieres que cada día tengas menos derecho, no solo te moldean la mente, sino también el físico. “no fumes” Pero deja que las tabacaleras sigan produciendo. Prohibido conducir a más de 120 o 140 pero dejan que salgan coches coches que superen ampliamente esa velocidad. Miren al alrededor, pero con los ojos abiertos!!!


sábado, 2 de abril de 2011

Hablando de Facón...

Texto del siempre querido Bayer.


Hemos esperado unos días. Para que sirviera como reflexión y no como crónica de un suceso. La semana de la memoria he estado en la Patagonia. En Santa Cruz. Tierra para recorrer, admirar, pensar. Nunca lo hubiera imaginado cuando hace cuarenta años inicié la investigación de aquel crimen horrible e inexplicable de los fusilamientos de peones rurales de 1921. Esta Semana de la Memoria, Santa Cruz se la dedicó a ellos. Por supuesto fueron punto de partida para memorizar todo lo que se cometió en estas tierras increíblemente bellas y creadas para la meditación. Me sorprendió. Estuvo todo el pueblo en los actos. Se recordaron las huelgas rurales en todos sus detalles. Es la historia carnal. Inexplicable. No hay explicación. Fusilados por huelguistas.
En Gobernador Gregores –ciudad a la que yo llamo Cañadón Font, porque antes se llamaba Cañadón León, pero el verdadero protagonista de esa región fue el gaucho José Font, “Facón Grande”, héroe de esa huelga justa y noble; por eso “Cañadón Font” y no Gregores, nombre impuesto desde Buenos Aires–, ahí, prosigo, hubo un desfile en el cual participó todo el pueblo. No voy a dar nombres, porque tendría que citar también, entonces, a cada una de esas personas que pusieron el rostro: pueblo, y también presentes desde el gobernador hasta el último funcionario.
Allí se oyó vibrar la palabra cuando se recordó a los mártires del trabajo caídos por las balas del 10º de Caballería. Entre ellos, Facón Grande, el entrerriano, que sin ser peón salió al frente de las peonadas porque comprendió que era justo defender a los trabajadores de la tierra contra la explotación del latifundismo creado por Roca.
Pero todo comenzó en Río Gallegos con actos en la universidad y en la Dirección de Cultura. Y de allí salir a recorrer esas distancias infinitas y volver a vivir la emoción del recuerdo. Se marcó el circuito histórico-cultural. Sí, un turismo cultural que ayuda a saber y comprender la historia de los pueblos.
En ese acto de Cañadón Font, en el “Cañadón de los Muertos”, se llevaron flores a la tumba masiva de los peones fusilados. Estuvieron presentes hombres de a caballo (y mujeres también) con prendas gauchas, con mirada silenciosa oyendo las palabras de recuerdo ante tantos hijos de la tierra muertos a balazos oficiales. Un día pleno de sol, como cuando cayeron gritando “viva la huelga”. Y de allí por las rutas de tanta estancia hasta llegar a la tumba donde están los huesos de Albino Argüelles, el idealista de la justicia social, llegado desde Buenos Aires, perseguido por haber actuado en la Semana Trágica, y que de inmediato se puso al servicio de los derechos de la peonada rural. Allí, en el mismo lugar donde fue fusilado Argüelles, están los huesos de sus compañeros que desoyeron el obedecer que manda el patrón. Pero la emoción aumenta cuando se ve al pie de la tumba una placa que recuerda que allí descansan también las cenizas de la compañera y la hija de Argüelles, que ochenta años después del fusilamiento del héroe fueron traídas desde Buenos Aires por su nieto, en un acto que nos llenó de emotividad.
De allí al desfile popular en Cañadón Font (Gregores) y actos en salones plenos de participación popular. Sonaron las guitarras gauchas y los cantos criollos por Facón Grande, el héroe que tiene un increíble monumento en la entrada de Jaramillo. Allí, a pocos metros de donde fue fusilado. Ahí está, con la mirada hacia Buenos Aires como preguntando: ¿por qué hicieron esa matanza las tropas venidas de Buenos Aires? Si pedíamos tan poco frente al poder de los terratenientes. Esos que, finalmente, le cantaron el “for he is a jolly good fellow” al teniente coronel Varela. Sí, los dueños de la tierra desde la concesión Grünbein, cuando Roca le dio dos millones quinientas mil hectáreas de tierras santacruceñas a 137 estancieros ingleses: Halliday, Scott, Wood, Wilson, Hamilton, Saunders, Mac George, etc., etc., etc., etc. Realidades del pasado argentino. De eso no se habla.
En Jaramillo el pueblo vibró con el recuerdo de los fusilados en sus tierras. Con la guardia gaucha siempre presente. Y todo allí se conserva: el trabajo de restauración de la estación ferroviaria, donde estuvo Facón Grande detenido ya para ser llevado al muere, las casas históricas con el recuerdo de las primeras familias. El culto de la historia palpita en ese rincón del mundo. Y de allí a Puerto Deseado, la ciudad abierta a la historia. Donde se llevó a cabo la reconstrucción del combate de Tehuelches. Cuando Facón Grande hizo recular al ejército argentino, en el único combate abierto entre los uniformados y los huelguistas. Y donde también el teniente coronel Varela traicionó a Facón Grande, a quien invitó a parlamentar y allí lo hizo detener y fusilar. Un hecho que ha quedado para siempre en esas tierras patagónicas. La traición a la palabra.
Por eso, mientras hoy Facón Grande es el héroe de esas tierras y tiene un monumento, del represor nadie se compadece. Hasta hace muy poco su tumba en el panteón militar de la Chacarita tenía una sola placa que decía: “La comunidad británica de Santa Cruz al teniente coronel Varela, que supo cumplir con su deber”. Está todo dicho. No falta ningún otro documento para demostrar por qué intereses fusiló el oficial argentino.
En Puerto Deseado nos encontramos con una agradable sorpresa: los jóvenes que integran el núcleo de investigadores de esta historia patagónica. Pues bien, ese grupo se ha puesto el nombre de: “De cara a la Livertá”. Sí, Libertad escrita así, tal cual estaba escrito en una rústica cruz que yo encontré en el año 1973 en una tumba masiva que decía: “A los caídos por la Livertá”. Palabras grabadas por las manos de algún peón. Claro, un ser que no sabía cómo se escribía ese concepto, pero que tenía conciencia de lo que significaba y luchaba por ella, como sus compañeros muertos. Porque esa gente sabía que la dignidad empieza por la libertad. Sin libertad nunca habrá dignidad. Esa cruz, décadas después fue entregada por el doctor Suárez Samper y por mí al museo de Jaramillo. Es como para seguir escribiendo Livertá así. Tal vez logremos de esta manera la verdadera: la Dignidad en Libertad.
Para mí, todo ese recordativo en la Semana de la Memoria santacruceña fue el punto final a la búsqueda de la verdad de esos hechos tan crueles de nuestra historia. Ya está instalada esa verdad histórica, ya nadie la puede destruir. Me imagino el rostro de esos trabajadores de la tierra en el momento en que se encontraban frente a los pelotones de fusilamiento. El dolor, la incomprensión ante una injusticia inenarrable. Allí están sus huesos, en esas inmensidades. Tal vez rondan por las calles de nuestros desaparecidos. Con todos los que luchan eternamente por la Livertá.
Y sigue el pueblo luchando por sus héroes y la dignidad en la historia. En Balcarce se ha eliminado el nombre de la calle General Uriburu, el golpista fusilador del ’30, y sigue la lucha por quitar su monumento. En Azul ha ocurrido algo como para salir a la calle a aplaudir: un colegio de esa ciudad pasará a llamarse “Arbolito”, por el voto de sus alumnos. Arbolito fue el ranquel que puso fin a la vida del coronel Rauch, militar europeo contratado por Rivadavia “para exterminar a los indios ranqueles”. Y el primer comunicado de ese militar occidental y cristiano lo dice todo: “Hoy, para ahorrar balas, hemos degollado a 27 ranqueles”. Está todo dicho. Hasta que un ranquel, apodado “Arbolito” por su largo pelo, lo esperó en una hondonada e hizo justicia. Ahora, el voto estudiantil ha justificado esa acción con su voto, por el “derecho de matar al tirano”.
Y otra noticia que nos llenó de alegría es que el jurado del Festival del Cine Documental Político de Buenos Aires nos otorgó el primer premio de producciones argentinas de largometraje por nuestro film Awka liwen (“Rebelde amanecer”), que justamente habla sobre el pasado y presente de la población autóctona de estas tierras argentinas. Es que la verdad no puede negarse, a pesar de los intentos de una historia oficial que está cayendo en desuso ante las pruebas. Es un paso más hacia la “Livertá”.

jueves, 10 de marzo de 2011

Elogio a Cervantes

José Carlos Mariátegui


Una lengua,
una historia, una casta bravía
concibieron los siglos en un sueño ancestral
y la raza española fue como una ironía
de los siglos obsesos por un raro ideal.

Gesta de aventureros, hijodalga porfía
por alguna quimera, cruzada medioeval
y más tarde los libros de Caballería
forjando la locura del hidalgo inmortal.

Cervantes tuvo para su tristeza imprecisa
el antifaz de seda de una amarga sonrisa
y la heroica epopeya de La Mancha escribió,
pues fue porque este símbolo magnífico existiera
y un libro de Cervantes al mundo le dijera
que el sueño de los siglos una raza creó.

sábado, 19 de febrero de 2011

Por los pagos de la Patagonia.

El asunto arrancó con una moneda de un peso. Había salido  de comprar de una panadería. Miro el vuelto y había una moneda de un peso con la imagen del Glaciar Perito Moreno. Es una de esas monedas del bicentenario. Decidí guardarla. 3 horas más tarde me llaman por teléfono y me dicen “preparate que nos vamos para Calafate”. Ahí nomás puse la moneda en mi documento, ésta tiene que ir y venir conmigo todo el viaje. Preparé la mochila y a la madrugada me fui.
A grandes rasgos, las estepas extensas, animales que huelen a desierto y muchos solo huelen a muerte, el tiempo de la impunidad que da la soledad, soledad como vacio de ecos, de voces, el monumento a Facón Grande, Rio Gallegos y el gallego Soto, el paisanaje y la estancia tumba “la anita”, tumbas qua aún siguen encontrándose en esas estancias de propietarios explotadores, haciendo patria económica, la única que conocen.
Por ahí vi a León Gieco, su voz y sus imágenes de lucha setentistas. Gauchos y cantores de protestas. Pero todo me llevaba a aquellos años de la década del 30.  Hice preguntas y encontré respuestas, lindo saber, lindo escuchar voces y sentir locales. Que no hay olvido, que esos estancieros son mirados de reojo, con rechazos.


Imágenes de muchos, de mucho (mucha nada también) me las traje como recuerdo. Pintoresco el Glaciar por supuesto.


sábado, 29 de enero de 2011

Pirámide del sistema capitalista

Orden-Opio-Represión-Primeros explotadores-La sangre que todo lo sustenta.


“Es la voluntad de dios” –dice la Iglesia
“la gente es mala” –dice el legislador
“Así debe ser” –repite el imbécil.

 La gigantesca maquinaria de la ley, el orden, el capitalismo y el gobierno están edificados sobre una colosal mentira… “las sagradas instituciones” tienen el único propósito  de sostener y mantener la esclavitud asalariada y conseguir de uno la obediencia a la autoridad y a la ley.
La iglesia y la escuela siguen alienándose (lo hará siempre, no hay ni hubo jamás otra intención, salvo por algunas “ovejas negras”) con el rico contra el pobre, con el poderoso contra sus víctimas, con la “ley y el orden” contra la libertad y la justicia.
La guerra para terminar con la guerra, nos comemos al caníbal, la guerra para la democracia. Abandona a tu compañera, a tus viejos, a tus niños para buscar a tu semejante y destrozarlo. Juego cruel de los  esclavos más fieles. Esclavos (policías, ejército y cualquier otro aparato represivo)  que protegen a los amos que generan y los mantienen en sus propias pobreza.
¿Justicia? No puede haber justicia mientras un hombre sea gobernado por otro. No puede haber justicia entre amo y criado, o para ser más contemporáneo entre “jefes y empleados”. El empleado: moderno esclavo de un mal salario. Justicia significa que cada uno recibe lo que se le debe.  Si así fuera, el capitalismo no podría existir, porque entonces, tu patrón no podría obtener beneficios de tu esfuerzo. ¿Qué son los tribunales? ¿A qué fin sirven? Existen para confirmar la ley. El juez en su supremacía velará por los intereses  de su clase, la misma clase que oprime con leyes, educación y gobierno.
La gigantesca maquinaria de la ley, el orden, el capitalismo y el gobierno están edificados sobre una colosal mentira… “las sagradas instituciones” tienen el único propósito  de sostener y mantener la esclavitud asalariada y conseguir de uno la obediencia a la autoridad y a la ley.
Y ahí abajo estamos la mayoría, los que mantenemos todo el placer de una minoría privilegiada. Privilegios montados en la mentira, el robo, la esclavitud, muerte y todo lo negativo y bajo que se te acurra. Mientras otras concepciones no sean comprendidas y aceptadas  (Concepción libertaria, no hay mas anhelo) el desarrollo humano sigue su curso de cuello de botella. Adjunto un grafico de Industrial Workers  of the World.



Apuntes de Alexander Berkman.

miércoles, 26 de enero de 2011

Pocas notas sobre el Noroeste




Mirada rápida de esos días. Hay cosas que deben quedar sólo como recuerdos. Sólo para uno, porque jodemos y banalizamos algunas sensaciones si las pretendemos describir.

El martes 11 salimos para Tucumán. Buena parte del viaje fue con los ojos cerrados, me había dado cuenta que “Memorias del subsuelo” no era lo más indicado para leer en esa forma de viajar. Durante la noche recurrí a ese excelente disco que me acompaña cada vez que retomo una ruta:  Vespertine, de Bjork. Vaya sonidos y vaya sueño…
En Termas de Río Hondo, Santiago, paramos para comer. Buena y opípara albóndiga con salsa roja y puré. Una gaseosa, flan y un pucho para terminar. Estamos a dos horas de la Terminal. El micro para Amaicha salía cuatro horas más tarde, así que para la casita de Tucumán nos fuimos.
Vistas más, tiempos menos, estábamos recorriendo el camino sinuoso y selvático de los Valles Calchaquíes. Tafí, mejor ni mencionarlo, ni siquiera entre paréntesis. Seguimos el camino, camino de zorros y liebres hasta Amaicha.
A las 22:30 la carpa estaba armada en Los Algarrobos. En el mismo camping nos vendieron unas empanadas con rodajas de limón para saborizar y una humita.
Comentario poco favorable merecería el museo privado “Pachamama”. El mismo dueño del museo tuvo en sus privadas manos el poder de privar a unos cuantos de las ruinas. Ahora, Las ruinas de Quilmes y Amaicha son controlados por un cacique abogado. No queda muy claro por ahí de qué lado se ejerce esa abogacía… El museo en honor a la cultura ególatra es la idea suprema, acá me quedo.
En la plaza de Amaicha veo a Martín, conocido de Buenos Aires. Vendía remeras latinoamericanistas. Cruzamos un abrazo, palabras y una promesa de juntarnos a comer un asado en el hostal “El Arca”. A la tarde noche compré unos vinos, calientes como nunca. Camino a la plaza fuimos al encuentro para compartir ese asado.
Su novia,  Silvana (psicóloga), una pareja (él, percusionista, y ella, docente de música) y su hija Gala (medio difícil distanciarla de Dalí), el dueño del hostal y otra docente de física nos acompañaron en la tertulia. Cervezas, vinos, música, política, literatura, Amaicha, educación liberadora y no tanto, ensaladas y pan a la parrilla, etc.
Al rato (4 de la mañana), ya en el camping unos tucumanos me ofrecieron Fernet y mascar coca. Ahí me quedé. Todo un rato hablando de los cigarrillos. Aburrido, me fui.
Al otro día, por la noche, compartimos unas cervezas con Martín y Silvana. Quedamos en despedirnos a la mañana siguiente cebándonos unos mates, y así fue.
Tafí del Valle es como una Santa Teresita de esos puntos cardinales. Realmente ahí perdí dos días. Puedo decirlo ahora que sé cómo se camina por ahí.
 Saltamos a Humahuaca. Bendita, por fin llegamos a ella. Muy cansado. El camping no garpaba. Barato seguro. A pocos metros del camping, en la puerta de una casa de familia había pegado un papel escrito con lapicera “se ofrece alojamiento”.
Nos atendió Margarita. La habitación 40 pesos por persona. La negociamos a 35. Baño compartido. Juntamos los colchones. Buenos baños de agua caliente, mate y a dormir un rato para recorrer a la noche. Empanadas y cervezas.  Charla con Cuevas, viejo borracho, minero expulsado de sus pagos para terminar en Humahuaca, se fue con algunos cigarrillos míos. Ya lo volvería a encontrar y me diría “andan todos apurados” y, por supuesto, tenía razón.
Anduvimos viajando por Purmamarca, hicimos el camino de los colorados, subimos por la Cuesta del Lipán (4170 metros al nivel del mar) para ir a las Salinas Grandes. Anduve con dolor de oído durante varias horas. También ahí probé empanadas de papas y arvejas.
A la vuelta, tomando mate en la plaza me encontré con Viaje a Ixtlan, de nadie era y fue mío al final. Veremos si retorna al dueño/a.
Otro día pasó y a  “Tilcareta” fuimos. Caminos hacia el Pukará. Comimos tortillas asadas rellenas con jamón y queso, tomamos agua y partimos al museo. De acuerdo en no exhibir las momias. A la profanación de tumbas algunos la llaman investigación.
Vimos un film sobre los Chané, sus rituales y artesanías que se basaban en las mascaras.  Recorrimos algo más, tomamos unos mates, ojeamos un camping, cosas más, cosas menos  y piramos.
En Humahuaca, a un extremo del puente que cruza el Río Grande, donde hay una feria pipona, comimos empanadas a un peso (las más ricas que encontramos, además) conos de papas fritas a dos mangos. Había que hacer tiempo. En busca de las mochilas que dejamos en lo de Margarita nos encontramos con una pareja de alemanes. Preguntas y más preguntas. Bueno, vayamos a tomar unas cervezas. Charla y brindis agradables, prometieron venir a Buenos Aires en los próximos días. Después de un par de horas nos despedimos. Tenía encima buena cantidad de cerveza como para dormir ni bien toqué los asientos del micro.
Temprano llegamos a Salta. Mates y facturas en la terminal. Dura y buena cortina de agua caía sobre la capital salteña. Aguardamos que se detenga y fuimos a recorrer. El patio de la empanda, donde siempre comí, en el mismo puesto. Helado para terminar: chocolate con cerezas y almendras con dulce de leche granizado. Unas vueltas más y pegamos la vuelta.





Tema aparte merece el perro Santillán y Juárez. El complejo que parece estar explotado para beneficio de sus bolsillos, cuando la realidad dice que era destinado y creado en su origen para dar cobijo a personas sin recursos de los alrededores para que puedan estudiar en Humahuaca. Nos han  señalado tales hechos algunos habitantes del pueblo, que nada tiene que ver con sindicalistas empeñados en difamar o crear disturbios como señalan y argumentan el perro y demás. ¡Voz y justicia para los humahuaqueños!